Ahora es el tiempo de cuidar nuestros patrimonios naturales

Las costas de Pablo Neruda y de otros grandes poetas ya no son los lugares para soñar frente al mar, observar el horizonte, encontrar una caracola en las arenas y enamorarse.

La llegada de la mal llamada modernidad ha roto el equilibrio ecológico y humano en la mayoría de los balnearios y lugares de recreación, descanso y disfrute de la naturaleza. Desde Santo Domingo hasta Papudo. Más de 300 kilómetros de costa están siendo depredados.

Uno de los casos más dramáticos tal vez sea Algarrobo, otrora hermoso y familiar balneario que hoy vemos llenos de edificios, comercio, tráfico y contaminación de todo tipo, concentrándose en verano, fines de semana y feriados en una pequeña urbe con todos los males de las grandes ciudades. Un lugar donde ya es imposible disfrutar la vida y la naturaleza.

Tunquén es uno de los pocos lugares libres de depredación que va quedando en el litoral de la zona central. ¡Ayudemos a salvarlo ahora!

Los proyectos que actualmente amenazan el humedal y la playa de Tunquén: Extracción de agua (Santa Augusta), puente (MOP) y loteo de la playa (Arenas de Tunquén).

La hermosa playa, humedales y bosques, también los pájaros y especies propias de la zona, pueden entrar en franca desaparición si no se toma ahora las medidas necesarias para preservarlo como un ecosistema para las nuevas generaciones. Para poder mostrarles y contarles algún día: «Así era antes todo el litoral central de Chile”.

Hoy Tunquén es un lugar limpio, libre de contaminación, no lo arruinemos. Hoy Tunquén es un territorio de vida, mar, cielo, pájaros, arboles y personas que cuidan estas riquezas.No lo transformemos en un pobre y sucio recuerdo.

Con la participación de todos, queremos desarrollar un proyecto de futuro acorde con nuestra misión de ser una verdadera expresión de seres humanos que buscamos vivir con la naturaleza y no aparte de ella.
Pedimos a las autoridades su compromiso con este proyecto. Exigimos detener ahora el avance de proyectos depredadores. Porque la Evaluación Ambiental Estratégica (EAE), que ha superado a los antiguos estudios de impacto ambiental, obliga a que en todo proyecto se considere en primer lugar la dimensión ambiental, como asunto prioritario. Este es un tema de ética política para la sustentabilidad que todos debiéramos defender y fomentar.

Tunquén puede convertirse en un lugar reservado para el turismo ecológico y para la vida apacible de sus habitantes. No permitamos que este sueño se acabe en manos de depredadores comerciales, sin escrúpulos ni sentido de futuro.

Queremos que nuestros jóvenes y niños lleguen a Tunquén y sean parte del ecosistema. Queremos que vengan a observar, a compartir, a soñar, a aprender junto al mar o en los bosques. Que vengan a respirar aire puro y a llenar su imaginación de poesía y belleza. Queremos que todos sientan a Tunquén como propio.
Queremos que Tunquén signifique una experiencia de vida imborrable para quienes llegan a participar de este hermoso mundo de personas, mar, bosques, cielo, conejos y pájaros.

Está en formación una comunidad para que participen todos: «Tunquén Sustentable», para defender, preservar y cuidar desde ya este lugar. Queremos una Fundación, sin fines de lucro, para emprender la aventura de convertir Tunquén en un ejemplo de conservación y desarrollo de un lugar con valor ecológico.

Integrémonos, participemos, colaboremos. Ahora es el tiempo de cuidar los pequeños y grandes patrimonios naturales. Mañana será demasiado tarde.

Alfredo Saint-Jean Domic

Editorial publicada en el grupo Tunquén Sustentable en junio de 2017.